China es uno de los mayores centros de atención en la actualidad. Dejando a un lado los problemas que tienen con Estados Unidos u la pandemia de SARS-CoV2 (el virus causando de COVID-19), China avanza hacia una posición de liderazgo en el mundo. Es una de las potencias mundiales, aunque a muchos esto no les guste y su capacidad tecnológica y productiva es abrumadora. La cultura del país les lleva a trabajar de sol a sol, siendo uno de los lugares preferidos por muchas grandes empresas internacionales para la producción de sus productos, pues se logra reducir costes y las ganancias son mayores.
Los fabricantes de automóviles son una de esas empresas, abriendo instalaciones en aquel país y fabricando sus coches mediante colaboraciones con empresas locales. La ley, en un claro proteccionismo de su industria, obligaba a tener que fabricar en el país un número determinado de componentes de los productos que allí se comercializan para evitar impuestos que encarecen el precio en exceso (llegaron a ser de hasta el 200% según el producto). También favorecía el acuerdo con compañías locales, algo de lo que aprovecharon logrando conocimientos que de otra forma tardarían décadas en conseguir.
Marcas como Audi, BMW o Land Rover tienen lo que se llama joint venture en China con marcas locales, mientras que otras como Geely son propietarios de otras marcas como Volvo. Mercedes vendió el 50% de las acciones de smart también a Geely y son potencia mundial en lo referente a coches eléctricos. Es más, el Gobierno chino retiró todas las trabas a los fabricantes de coches eléctricos en China, para que pudieran fabricar estos coches allí sin tener que realizar acuerdos con marcas locales y así convertir a China en el mayor fabricante de coches eléctricos del mundo.
Marcas de coches chinos, famosas por la baja calidad de sus coches

Hay que decir que China es el mayor fabricante de vehículos del mundo, con unos niveles que parecen absurdos para el tamaño del país. En China se fabrican más vehículos que en toda la Unión Europa e incluso más que sumando la producción de Estados Unidos y Japón. La mano de obra barata y la cultura del trabajo de sol a sol hacen de China un lugar casi perfecto para producir, producir y producir sin descanso a precio reducido, algo que no pueden resistir muchas empresas. Pero no sólo de empresas extranjeras debemos hablar, ya que las propias compañías chinas son las que más explotan esta situación.
De todas formas, aunque fabrican muchísimos coches, por lo general, la calidad de los mismos deja mucho que desear. No es un dicho o un tópico, la calidad de los coches chinos está muy por debajo de la que puede ofrecer su vecino Japón, cuyos coches están considerados de los mejores del mundo y también está muy lejos de lo que se puede comprar en Europa, donde la calidad de fabricación es uno de los primeros apartados en los que todo comprador se fija.
Además, los fabricantes chinos son famosos por sus flagrantes copias, coches que son un calco de modelos europeos de mucha imagen, como el Range Rover Evoque, el BMW X5 o el Porsche Cayenne. Cuando se celebran eventos internacionales referentes a la industria del motor, no resulta extraño encontrar a muchas personas de origen chino sacando cientos de fotos a determinados modelos, del más mínimo detalle, para luego copiar el diseño y ponerlo a la venta ellos bajo su marca. Es como si los diseñadores no tuvieran imaginación y los derechos de imagen no existieran (existen, pero son muy laxos).
No obstante, las marcas de coches chinos han ido evolucionando y han intentado más de una vez comercializar su vehículos en Europa. Por el momento, la mayoría de las veces se han visto frenados por la normativa de seguridad, muy estricta en muchos apartados y también por la normativa de emisiones. Pero la popularización del coche eléctrico abrirá las puertas de Europa a las marcas de coches chinos irremediablemente, pues China es la mayor potencia mundial de coches eléctricos. Muchos fabricantes europeos fabrican sus coches eléctricos en China y la venta de este tipo de tecnología tiene sus mejores números en aquel país.
¿Qué coches chinos se pueden comprar en Europa?

Actualmente hay muy pocas marcas chinas que vendan sus coches en el Viejo Continente, aunque no será por intenciones y por intentos de traer sus productos a nuestro mercado. Hace muchos años, la marca Landwind, famosa por su copia del Range Rover Evoque (foto de arriba), intentó homologar sus coches para venderlos aquí, pero las pruebas de choque fueron realmente espantosas y no lograron la homologación.
Hubo otros fabricantes que sí lograron entrar tímidamente en Europa, como BYD, que estuvo durante unos años y luego abandonó el mercado a pesar de ofrecer modelos cuya calidad sí podía rivalizar, hasta cierto punto, con modelos europeos. Por el contrario, los coches chinos si han logrado establecerse en otros mercados como LATAM (Latino América), donde la disparidad del mercado es tremendamente llamativa y mezcla marcas europeas con marcas estadounidense, japonesas y chinas, cada una con su propio estilo, ofreciendo enormes contrastes.
En Europa, o al menos en España, se ha empezado a comercializar desde hace poco la marca DFSK, que tiene dos modelos a a venta, el DFSK 580 y el DFSK F5, dos modelos SUV que según la prensa especializada todavía necesitan pulir muchos detalles para poder igualarse a los fabricantes tradicionales de nuestro mercado. También comercializa otros modelos de tipo industria, como los DFSK C31, un minúsculo camión con caja abierta como el que usan algunos jardineros o el DSFK C35, una furgoneta de pequeño tamaño que puede montar motores GLP y GNC, así como uno eléctrico. También se comercializa la marca JAC y otra llamada DR Automobiles, que tiene su sede en Italian, pero fabrica coches de origen chino.
Si no hubiéramos sufrido la pandemia de SARS-CoV2, más conocido como “coronavirus”, también se habría iniciado las ventas de la marca BAIC, la cual tiene muchos modelos disponibles en el mercado sudamericano y que forma parte de Invicta Motors, empresa que también comercializa DFSK y algunos scooter de motor eléctrico. De hecho, en el sector de la moto los chinos si que han logrado vender mucho más que en coche; marcas como Keeway, Hanway, Lifan, MX Motor o Scomadi son muy populares en el mercado de los scooter “low cost” o económicos.
El segmento de los vehículos comerciales es el que más marcas chinas tiene, aunque son vehículos de poco calado comercial y de una calidad justa que permita trabajar con soltura. Se espera que finalmente acaben llegar, sobre todo marcas como BAIC o como Roewe, la antigua Rover que fue comprada por capital chino y cambiada de nombre para comercializar productos de nuevo diseño y que posiblemente se venda en Europa como la antigua MG. Lynk & Co es otro de los fabricantes chinos que pronto veremos en Europa, fabricante automóviles eléctricos e híbridos propiedad de Geely y que emplea tecnología Volvo.
¿Los coches chinos son una buena compra?

Mucha gente se pregunta si los coches chinos son una buena compra y ciertamente, es complicado responder a esa pregunta. Actualmente su calidad es inferior a los fabricantes europeos y eso los hace quedar por detrás en cuanto a valoración, aunque hay algunos fabricantes que han logrado muy buenas cotas en cuanto a calidad. Uno de esos coches, al menos de los pocos que se pueden comprar en España, pueden ser interesantes para un conductor que sólo quiera tener un coche para desplazarse, sin ningún objetivo adicional. Además, hay que contar con una red de concesionarios casi inexistente y por lo tanto, el suministro de piezas puede ser un inconveniente.
Habrá que esperar a que expandan su red comercial y comiencen a llegar más coches chinos. Cuando MG empiece su regreso a Europa podría ser un buen revulsivo para los coches chinos, pero por el momento nos queda más remedio que esperar.