La evolución del automóvil se encuentra en un momento cumbre, sumamente importante. La contaminación ambiental ha llegado a un punto que resulta intolerable y las administraciones, como los propios usuarios, han comenzado a reclamar nuevas tecnologías que sean respetuosas con el medio ambiente. Una de las primeras tecnologías que se comenzó a experimentar, aunque se quedó un poco relegada hasta nuestros días, es la electricidad, algo que se encuentra plenamente dominado desde hace décadas y que, por si alguien no lo sabía, ya dio vida a los primeros automóviles de la historia tras la máquina de vapor.
Sí, los primeros coches usaron motores eléctricos, aunque eran muy rudimentarios obviamente y entre otras cosas especialmente llamativas, en ocasiones tenían baterías no recargables. Vamos, que cada 50 kilómetros (con suerte), había que cambiar las baterías al completo. Un fracaso, como cabe esperar, hasta que se inventaron las baterías recargables, que sirvió para evolucionar algo esta tecnología aunque se quedó olvidada cuando se inventó el motor de combustión interna. Cabe decir, que el motor de combustión interna ha sido, desde su propia concepción, un motor ineficaz y muy contaminante. Para que nos hagamos una idea, el motor eléctrico aprovecha el 95% de la energía que le llega y el mejor motor de combustión de gasolina, por ejemplo, sólo aprovecha el 41% (el motor de gasolina del Toyota Prius, por cierto).
El caso es que, dada la elevada contaminación actual, la electricidad ha vuelto a ser centro de atención aunque los ingenieros se han encontrado con muchas limitaciones, sobre todo en lo concerniente a los acumuladores, o dicho de otro modo, a las baterías. Las recargas, la capacidad de las mismas (que afecta a la autonomía) y su peso, son problemas que están retrasando mucho la implantación final de estos vehículos. No obstante, en paralelo, se comenzó a estudiar otra alternativa a las baterías para alimentar los motores eléctricos y la mejor solución parece ser la pila de hidrógeno. ¿No sabes que es la pila de hidrógeno?
Pila de hidrógeno, electricidad para los motores y emisiones de vapor de agua

La pila de hidrógeno, también conocida como pila de combustible, es una tecnología que usa hidrógeno para generar electricidad, que se almacena en unas baterías y alimenta unos motores eléctricos. Es una tecnología que permite grandes autonomías y repostajes en el mismo tiempo que cualquier automóvil convencional, es decir, en apenas unos minutos. Además, sus emisiones son vapor de agua y por tanto, totalmente inocuas para el medio ambiente. Se trata de una tecnología que se lleva experimentando bastante tiempo y tiene a muchas marcas involucradas.
Por ejemplo, BMW tuvo algunos prototipos con motores de hidrógeno. No eran vehículos con la típica pila de combustible, eran vehículos equipados con motores convencionales adaptados para consumos hidrógeno y no gasolina. Los resultados fueron satisfactorios pero la investigación de dejó aparcada para enfocarse en otras cosas, como los motores híbridos o los eléctricos actuales y además, en su colaboración con otras marcas para el desarrollo de la pila de combustible. Con pilas de hidrógeno también ha experimentado Honda, que tiene en Estados Unidos el Honda Clarity Fuel Cell, un modelo que tiene una pila de combustible que alimenta de electricidad su motor eléctrico. Dicho modelo también tiene otras versiones (híbridas) pero ninguna se vende en Europa.
Toyota y Hyundai también son marcas que han apostado por esta tecnología, cada una con un modelo equipado con una pila de combustible y que, casualmente, se venden en España, aunque con matices. Dejando este tema para más adelante, Mercedes también está invirtiendo en vehículos de hidrógeno, aunque ha dejado de investigar en esa tecnología para automóviles y la ha reorientado hacia el transporte pesado, con un prototipo de camión articulado que podría llegar a producción muy pronto.
Coches de hidrógeno a la venta en España

El principal problema que presenta el hidrógeno es su obtención, ya que no se encuentra de forma libre en el medio ambiente, no se puede encontrar en solitario de forma natural. Por lo general, el hidrógeno siempre se encuentra asociado con otras partículas, como es el caso del agua (H2O, dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno). Para obtener hidrógeno en solitario se requieren unos procesos químicos que consumen muchísima energía y actualmente, esa energía se logra quemando combustibles fósiles, lo que tira por tierra las ventajas de los motores a hidrógeno. Se está avanzando mucho en este apartado y también se está logrando bajar los precios del hidrógeno, algo que debería aumentar su interés.
Sin embargo, por el momento sólo hay un vehículo actualmente equipado con esta tecnología y a la venta en España: el Hyundai Nexo. Un SUV de 4,67 metros de largo (algo más grande que un Mazda CX-5) que está animado por un motor eléctrico de 167 CV, cuya energía proviene de unas baterías que acumulan la energía producida por una pila de hidrógeno. Según la marca, la autonomía es de 666 kilómetros y su precio, en línea con los nuevos desarrollos, parte de los 68.000 euros. Vamos, que se trata de un coche sumamente exclusivo, aunque sumamente avanzado tecnológicamente hablando.
El Toyota Mirai es otro de los coches de hidrógeno cuyo nombre es famoso. Se trata del primer coche de este tipo que llegó a Europa, aunque se vende en un puñado de países seleccionados. En España sólo hay una unidad matriculada y se trajo a nuestro país para la Cumbre del Clima (COP25) de 2019 y de paso, aprovechar para poner en marcha junto a Enagás y Urbaser, la primera estación de repostaje de hidrógeno en Madrid. En España sólo hay seis puntos para repostar hidrógeno y en todo el mundo tan solo se suman 400 “hidrogeneras” (la mayoría en Japón, Estados Unidos y Alemania). De este coche se pusieron a la venta 12 unidades al precio de 80.300 euros. Tiene 155 CV y una capacidad de 4,7 kilos de hidrógeno, que le permiten recorrer 502 kilómetros. Aclarar que no se vendió al público, sino a empresas energéticas.
¿Qué ventajas y desventajas tiene el hidrógeno?

Las ventajas de la pila de hidrógeno son varias y son interesantes, aunque no podemos olvidar sus desventajas. Empezando por lo bueno, es que hablamos de una tecnología sin emisiones contaminantes y que se ha demostrado válida para el transporte de personas y mercancías. Puede aprovechar los actuales motores eléctricos, lo que ayudaría en su desarrollo, pero reduce el tiempo que se necesita para repostar drásticamente frente a un vehículo eléctrico a baterías. Mientras que en estos, se necesita al menos 30 minutos en un cargador rápido para contar con el 80% de la capacidad de las baterías, con la pila de hidrógeno en esos 30 minutos llevarías un buen puñado de kilómetros recorridos ya que tarda entre 3 y 6 minutos en cargar el depósito completo. Y además, ofreciendo mayores autonomías que cualquier eléctrico a baterías.
Respecto a las desventajas, hay que decir que son demasiado importantes todavía como para permitir que esta tecnología se establezca en el mercado. Por un lado está el hecho de la obtención del hidrógeno, muy complicada y tremendamente cara. Otro punto importante es que no hay infraestructura para repostar (en España, recordar, sólo hay seis estaciones) y su almacenaje es de lo más complicado y peligroso que se puede encontrar. El hidrógeno es altamente inflamable y si entra en contacto con el aire, explota. Literal. Además, el hidrógeno es un gas, para almacenarlo en forma líquida (evita explosiones) hay que mantener a elevadisimas presiones (superiores en algunos casos a 700 bares) y los depósitos son muy caros (se fabrican con fibra de carbono, plástico, caucho, fibra de vidrio o una combinación de varios o todos los elementos mencionados).
El hidrógeno es, según lo denominan algunos expertos, el eterno combustible del futuro. Se fijó la mirada en este elemento hace muchos años, pero después de más de 20 años de I+D sigue sin llegar un avance que lo ponga por fin al alcance.