Neumáticos antipinchazos

Los neumáticos, las únicas partes del coche en contacto con el suelo, responsable de uno de los trabajos más ingratos de cuantos se llevan a cabo durante la circulación y además, uno de los menos reconocidos. Es el primer componente de un vehículo que sufre los recortes por sus propietarios y sin embargo, es el primer componente que afecta a la seguridad. Un neumático de mala calidad puede suponer un accidente, aunque nadie piense en ello nunca. 

Con el paso del tiempo los neumáticos han evolucionado mucho, de hecho, son más del triple de eficaces que hace no más de 15 años. Los estudios por ordenador y las simulaciones virtuales permiten poner en práctica soluciones que antes requerían varios meses y una gran inversión, en apenas unos días. Eso ha favorecido un cambio bastante notable en todos los sentidos que no se ha notado en el precio, por suerte. 

Sin embargo, hay una característica que sigue siendo igual que hace 100 años: los neumáticos contienen aire a presión en su interior. Parece ser la mejor fórmula para el funcionamiento de estos elementos, aunque hay algunos en desarrollo que no llevan aire en su interior y que ya se emplean en maquinaria de obras. No obstante, para turismos todavía no están disponibles y el aire de los neumáticos tiene sus ventajas, pero también sus desventajas. 

Neumáticos antipinchazos, ¿Qué son?

Ruedas runflat

Los primeros neumáticos como tal (se llaman así porque trabajan con aire, “neuma” viene de aire o gas) los fabricó Dunlop en 1888 para el triciclo que su hijo usaba para ir al colegio por las calles de Belfast. La fórmula fue sencilla: infló unos tubos de goma con una bomba para inflar balones, luego los envolvió con una lona para protegerlos y los pegó a las llantas del triciclo. La idea era reducir el traqueteo del triciclo al circular por las calles. Y por cierto, John Boyd Dunlop era veterinario aunque como muchos en aquella época, era inventor en sus ratos libres. 

Desde entonces se ha sufrido el mismo problema, una y otra vez, año tras año, década tras década: los pinchazos. Parece mentira que con la capacidad de diseño y desarrollo del Siglo XXI todavía sigamos sufriendo los mismos problemas que hace más de 100 años. Entre aquellos primeros neumáticos de Dunlop y los actuales la diferencia es brutal, en realidad ni siquiera se pueden comparar aunque su funcionamiento básico sea el mismo. Un funcionamiento básico que se está poniendo a prueba actualmente con coches como Bugatti Chiron, capaz de rozar los 500 km/h o el SSC Tuatara, que según la compañía supera los 500 km/h con holgura. 

No obstante, hay un tipo de neumático, inventado hace más de un siglo, que ha pasado desapercibido aunque resulta una gran idea: los mal llamados “neumáticos antipinchazos”. Se trata de una cubierta que, a pesar de su nombre, si se pincha, pero cuya diferencia radica en que no pierde aire y permite circular durante unos kilómetros. Fue General Motors, hace unos 30 años, quien popularizó este tipo de rueda al montarlo por primera vez en el Chevrolet Corvette. Eran unas gomas Goodyear que permitían recorrer determinados kilómetros una vez pinchados. 

Básicamente, los neumáticos antipinchazos son unas cubiertas que, aún habiendo sufrido un pinchazo, permiten recorrer varios kilómetros a no más de 80 km/h. Por lo general, todos los fabricantes recomiendan no pasar de esa velocidad. 

¿Cómo funciona un neumático antipinchazos? 

Neumáticos antipinchazos

El mayor problema que tiene un neumático, aparte de su precio, es precisamente que se pinchan y dada la pérdida de presión que sufren, puede ser extremadamente peligroso y puede provocar un accidente. Y no es raro que después de un pinchazo algún usuario pierda el control del vehículo e impacte contra algo. Por ello se inventaron los neumáticos “runflat” (el nombre original es “run on flat”, algo así como correr en plano) o antipinchazos, denominación totalmente errónea porque, paradójicamente, si se pinchan

Sí, un neumático antipinchazos se pincha, pero permite circular unos kilómetros pinchado. Por lo general, son entre 80 y 150 kilómetros, pero no se debe superar los 80 km/h. Si pasamos de ahí, el aire se escapa del neumático con mayor velocidad y se reduce la cantidad de kilómetros que se pueden recorrer a un puñado de ellos. Y nos referimos que es posible que en 20 kilómetros tengamos que llamar a la grúa. 

Para lograr ese efecto “antipinchazos”, los fabricantes refuerzan los laterales del neumático e instalan una capa adicional en la banda de rodadura. Al reforzar los flancos, el neumático se mantiene en su forma original a pesar del esfuerzo y del peso del vehículo, ayudando a mantener el aire dentro. La capa adicional es muy elástica y adaptable, deformandose para luego volver a su forma original, taponando ligeramente el hueco dejado por el pinchazo. Lo normal es el refuerzo de los laterales, es el neumático antipinchazos más común. 

Te preguntarás, que cómo sabes tú si el neumático está pinchado si se mantiene en su forma y puedes circular, ¿verdad? Todos los coches con neumáticos antipinchazos equipan el sistema de control de presión electrónico, normalmente llamado TPM o Tyre Pressure Monitoring (monitorización de la presión de los neumáticos). Este sistema avisa al conductor sobre la falta de presión para que, en cuanto se pueda, se revise. Obviamente, lo mejor es hacerlo lo antes posible. 

¿Qué ventajas tienen los neumáticos antipinchazos? 

Neumáticos que no se pinchan

Sobara decir que los neumáticos antipinchazos tienen sus ventajas, pero también sus desventajas. Todo tiene algo bueno y algo malo, nada es gratis, pero hay que tener en cuenta el equilibrio entre ventajas y desventajas. En este caso, las ventajas son los suficientemente buenas como para pasar por encima de las desventajas

La ventaja más obvia es su capacidad para poder seguir rodando tras un pinchazo. Si, no es eterno y no puedes ir muy rápido, pero permite salir airoso del percance y llegar hasta un taller donde con toda posibilidad podrán repararlo. Además, la mayor ventaja es que se anula totalmente la posibilidad de sufrir un accidente por fallar un neumático y ya sólo por esto es un producto totalmente recomendable. 

En cuanto a las desventajas, todas vienen de su construcción. Es un neumático más rígido, por tanto, es más incómodo tanto a la hora de absorber los baches como a nivel sonoro. También son más caros y este es su mayor inconveniente. 

¿Comprar o no comprar? La pregunta “del millón”. Todo depende, como siempre, del uso. Si recorres muchos kilómetros por carretera, los runflat puede ser una red de seguridad adicional, ya que no te quedarás tirado en medio de una autopista con decenas de coches a alta velocidad y podrás llegar a tu destino aunque sea más despacio. Si por el contrario, tus recorridos son mayoritariamente en ciudad, no merece la pena el gasto, pues la peligrosidad de quedarse sin presión en poblado es una milésima parte de la que sufrimos en autopista.